Inauguración exposición «Islas Galápagos: la evolución en acción»

Inauguración el viernes 27 de enero a las 19:00 horas, por la Dra. María del Mar Trigo y Patricia Silva (Universidad de Málaga). Exposición hasta el 6 de marzo de 2017.

Las Islas Galápagos, situadas en el Océano Pacífico, a unos 1000 km de Ecuador continental, constituyen uno de los sistemas insulares mejor conservados del mundo. A diferencia de otros archipiélagos, y a pesar de la presión humana, las Galápagos aún conservan el 95% de las especies originales que estaban presentes en las islas antes de la llegada del ser humano.
Galápagos es un punto caliente de especies endémicas que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Las especies que llegaron a las islas lo hicieron desde el continente, a través del aire, a menudo en forma de semillas transportadas por medio de las aves; o a través del mar, arrastradas por las corrientes marinas, de manera aislada o en forma de acúmulos de restos vegetales (balsas), sobre las que pudieron navegar ciertos animales hasta arribar a las costas. Muchos insectos lo hicieron en forma de huevo, o de larvas, en el interior de troncos o sobre dichos restos vegetales. Estas especies evolucionaron de manera aislada, alejadas de los depredadores y de las amenazas de su hábitat natural, adaptándose a las nuevas condiciones de vida y, con el tiempo, dando lugar a otras nuevas.
A pesar de que la diversidad total de animales y plantas suele ser baja en islas remotas, las Islas Galápagos cuenta con más de 600 plantas terrestres autóctonas, de las cuales, 255 son endémicas. Asimismo, se pueden observar casi 900 especies de vertebrados tanto terrestres como marinos, 700 de ellos autóctonos, de los cuales, 184 son endémicos.
El hecho de que las Galápagos sean islas recientes, de origen exclusivamente volcánico, con una antigüedad que se sitúa entre los 3 y los 5 millones de años, hace que los procesos evolutivos se encuentren aún en proceso, lo que convierte al archipiélago en un laboratorio viviente en donde estudiar cómo funciona la evolución. De hecho, es fácil observar en Galápagos casos de radiación adaptativa, que consiste en un proceso de formación rápida de nuevas especies para llenar diversos nichos ecológicos, como ya reflejó Darwin en su obra “Sobre el origen de las especies mediante la selección natural”, basando su teoría sobre la evolución en numerosas evidencias encontradas en las islas Galápagos.

Las tortugas gigantes de galápagos pueden llegar a medir hasta 1,5 m de caparazón y pesar hasta 250 k de peso. No se sabe con exactitud cuántos años pueden llegar a vivir, pero las estimaciones son de al menos 150 años. Actualmente existen 12 especies de tortugas que habitan diferentes islas. En la foto, Geochelone nigrita en la isla de Sta. Cruz.	Los llamados “pinzones de Darwin”, ocupan un lugar preeminente en las teorías de la evolución de Darwin, constituyendo una de las evidencias más contundentes sobre el fenómeno de radiación adaptativa. Actualmente existen 13 especies diferentes en las islas, distinguibles por la forma de sus picos, que depende, a su vez, del tipo de alimentación que presentan como consecuencia de adaptación a diferentes hábitats. En la foto, Geospiza fuliginosa, en isla Sta. Cruz.	Existen varios géneros de plantas totalmente endémicos de las Islas Galápagos. Scalesia, con 22 táxones distintos, entre especies y subespecies, es el mejor representado en las islas, constituyendo otro caso de radiación adaptativa y formando a veces bosques característicos que dan cobijo a numerosas especies, algunas de ellas amenazadas y en peligro de extinción. En la foto, Scalesia affinis, en isla Fernandina.
Galápagos ofrece paisajes volcánicos de inmensa belleza donde sobrevivir es todo un reto. Plantas y animales debieron evolucionar para adaptarse a nuevos hábitats. En la foto, al fondo, Jasminocereus thouarsii, un cactus endémico, en Volcan Chico, isla Isabela.	Amblyrhynchus cristatus o iguana marina de Galápagos, es la única iguana del mundo capaz de nadar, a veces distancias considerables, con la ayuda de su potente cola. Se alimenta de algas y puede permanecer más de 10 minutos sumergida. Está presente en las principales islas, con una subespecie diferente en cada una de ellas. Foto: isla Fernandina.	El piquero de patas azules, Sula nebouxii subsp. excisa, constituye una de las aves favoritas de las personas que visitan Galápagos. Sin embargo, hay casi 200 especies de aves que se pueden observar en el archipiélago, 47 de ellas endémicas y algunas consideradas entre las especies más amenazadas del planeta, como es el caso del pinzón de manglar, Cactospiza heliobates. Foto: isla Santa Cruz.